La imagen de una niña de hermosos ojos negros ha inspirado esta narración. Un relato tan real como pueda serlo la vida. Fue su mirada limpia cargada de inocencia la que sugirió una voz: Lo Inviolable. Y fue ella, fue esa pequeña, la que determinó el cariz de esta obra; la que rescató, con su vivacidad y su espontánea alegría, los recuerdos más amables de una historia familiar. La autora no tuvo más opción que rendirse ante su determinación. >> Ver vídeo animación