Este libro surgió en un momento percibido como especialmente convulso, con el planeta en búsqueda constante de un equilibrio permanentemente vulnerado, violencia y oleadas de atentados que, en el caso del yihadismo incidiendo en nuestros más amados escenarios, hizo que nos sintiéramos amenazados e incluso cuestionados en nuestra manera de vivir, de estar, de experimentar nuestra espiritualidad y nuestras aspiraciones más elevadas y transpersonales.
Tratar de comprender lo que nos ocurre cuando a nuestro alrededor hay rabia, miedo, crueldad, pena, abuso, cómo vivimos la experiencia de lo inmediato, cómo nos sentimos de arrollados por la inmediatez, de qué manera nos afecta y afecta a nuestra historia personal.
Debemos preservar el sentido, recordar «quiénes somos», no dejarnos embaucar por la «realidad» que enmascara nuestro viaje de lo irreal a «lo real», de la oscuridad a la Luz, de la muerte a la «inmortalidad».
Con propuestas prácticas para, por un lado reparar viejas heridas y aligerar cargas pesadas, por otro aprender a ver lo que ocurre desde la debida distancia y sin que la carga negativa imperante, nos arrastre y a su vez se proyecte a través del «campo que todo lo conecta». Al mismo tiempo mostrar que estamos en continuo movimiento, que en nuestra evolución caminamos a la par con todo lo vivo y que podemos contribuir con nuestro trabajo con nosotros mismos y los demás.